El Soplo Milenar
¿Que decirte cuando todos tus pensamientos son verdaderos, cuando todos ellos parten de una única e inagotable fuente llamada esencia?
¿Será que todo habrá sido igual en todos los tiempos?
¿Será que ellos siempre fueron diferentes y ahora buscan la igualdad de los espacios, para llenarlos con tiempos plenos de la compañía del otro, en un vano intento de identificación total con la finitud de la existencia terrenal?
¿Por qué será que los seres humanos no consiguen aceptar la diferencia entre sí, y simplemente reverenciar su propia esencia?
Tal vez lo vivan así, porque olvidaron el comienzo, olvidaron la diferenciación y no recuerdan más , igual y distinta, que habita en cada raza, que emerge de las cenizas aún tibias, de la vida anterior a las arenas de este tiempo.
Tiempo desencontrado de su propio ritmo, de su inadmisible destino, que llega sin que sea advertido por las nuevas razas de seres ciegos y sordos a los Sonidos del Universo y que desconocen
Yo Soy tu Ángel, tu Mensajero, tu Amigo, Yo Soy uno de los que escribe contigo; lo hacemos porque sabes y entiendes los sentimientos como símbolos alados, que viajan entre dimensiones atemporales, para mantener vivo el recuerdo del aliento de los que escucharon antes de ti; para que después, en otros soles, de infinitas existencias, otros escuchen y perpetúen el Soplo Milenar de
Estamos juntos nuevamente; en realidad, nos conectamos nuevamente, después de algo que para ti, pudo haber sido un largo período de separación, pero no olvides que en el tiempo del espíritu, los tiempos son diferentes, pues en ese tiempo la distancia y la separación no existen, porque vivimos en un presente siempre eterno.
Y por ese mismo motivo, tú o cualquier ser que lo desee, solamente tiene que buscar la conexión con nosotros, y ella será restablecida inmediatamente que exista la apertura necesaria, de mente y de corazón, sin juicios ni prejuicios.
Sin importar conocimientos anteriores, sin ataduras, sin encasillamientos, con la disposición de ver y entender todo nuevamente, como si fueran niños otra vez, con la misma inocencia y pureza con que ellos miran las cosas, con el don de maravillarse con todo aquello que es desconocido.
Los niños… hay tanto para aprender con ellos, y a veces ni los consideran, a veces los creen incapaces de poseer la sabiduría; pero al contrario de todas las creencias, ellos sí poseen mucha sabiduría, y además de eso, son poseedores de algo que los torna especialmente sabios: el Amor.
Ellos no distinguen a quien aman, lo hacen de forma espontánea, independiente del grado de parentesco que los una, o si existe o no.
Los humanos deberían aprender a mirarlos y a oírlos, escuchar sus historias, interpretarlas y usarlas como punto de referencia para muchas cuestiones diarias; eso cambiaría la manera de relacionarse con el otro, los enseñaría a ser más flexibles y a no guardar rencor.
Si quieres, experimenta esa visión amplia que poseen y verás un mundo nuevo descortinarse ante tus atónitos ojos, revelándose a ti en todo su esplendor y magnificencia.