Hoy en una sociedad moderna se habla de las Diosas como seres mitológicos, arquetipos, símbolos de nuestro inconsciente que se expresa en nosotras de diversas formas.
Formas que nombramos para poder controlar, dominar, subyugar; en realidad solo intentamos hacer eso con aquello que no comprendemos, que no podemos admitir como existiendo fuera de la realidad que nuestro conocimiento finito concibe.
Buscamos la comodidad de las explicaciones preestablecidas y dadas como la única verdad posible, para que nuestra mente no se preocupe en buscar las respuestas que necesita.
Las Diosas no escapan a ese nombrar que la sociedad de hoy intenta mantener; pero independiente de esta concepción actual, Lilith es una Diosa, un Ser con una existencia propia y a-temporal, aunque habita en un espacio-tiempo diferente del nuestro.
Ella Es! Siempre Fue y Siempre Será!
Y es tan real que en nuestro mundo interior desarrollamos un ser con sus mismas características: La Pequeña Lilith!
La Gran Diosa cuida de la pequeña diosa que habita en el interior de las mujeres; Ellas son las “piedras fundamentales” en la “Olla Sagrada” o Caldero, y si no son colocadas en ella es imposible cocinar una vida creativa, no importando si nos identificamos con otras Diosas.
La mujer que cocina en la “Olla Sagrada” o Caldero de alguna forma fundamenta su creatividad en la Diosa Lilith y en la pequeña Lilith.
Imagen: seriykotik1970