Alimañas
Los vicios del comportamiento humano impiden la Paz, paz interior que no llega; espacio que se abre permitiendo la ocupación de este mundo interno, por alimañas, criaturas viscosas que se prenden en los corazones, viviendo como parásitos, alimentándose de todo lo que sea negativo.
Cuanto más comen, mas crecen y más se multiplican, llevando los seres a sentir verdadera hambre de debates, discusiones, peleas y violentos puntos de vista, en un intento de conquistar por la fuerza al otro, ese otro que reacciona de la misma forma sin darse cuenta de que con su actitud, no solamente alimenta sus alimañas, como también las tuyas.
Alimañas, antiguos miasmas, que pueblan el aire, contaminándolo todo, infiltrándose hasta lo mas profundo de los seres, devorando todo desde adentro, destruyéndolo todo desde afuera.
No permitas que tu ser respire esas criaturas, evita la negación de la Vida, para que tu aire sea libre de esas contaminaciones, libre de la vivacidad del rencor, del fuego del odio, de los juegos de palabras ásperas, de la aridez de los sentimientos secos, del lodo donde anidan las emociones de las ventajas conseguidas por la fuerza.
En realidad esas ventajas no existen, son ilusiones creadas por as alimañas que te pasan esa sensación de satisfacción, haciendo que falsamente te sientas pleno de la energía que le robaste al otro.
Son ilusiones, falsedades, porque jamás podrías sentirte pleno por la tristeza del otro, por la infelicidad del otro, por su desdicha y por su desesperación, al constatar la no-conexión entre ustedes, la falta de unión y de comunión, la no-existencia de comunicación, de entendimiento;.
Por todo esto no podrás crear una ventaja real, cuando esa ventaja nace de la separación con el otro, con el alejamiento de ambos, nacida de tu soledad.
No quieras perfeccionar lo que ya es perfecto en sí mismo; y lo perfecto en sí mismo es la conexión, nunca la separación; lo perfecto en sí mismo es el nutrir al otro, no alimentar su alimañas.
Lo perfecto en si mismo, es darse, donarse, entregarse, no tomar, no apoderarse, no invadir al otro con tus violentas negaciones, con tus malos hábitos de comportamiento, que nada tienen que ver con el Ser en el otro, en todos, en el Todo, en Nosotros.
Nada puede sustituir de forma integra, real y verdadera, el Nosotros; nada es tan exquisitamente maravilloso, como dos en uno, tres en uno, cuatro en uno, Todos en el Uno, el Un en Todos, cuando sentimos Nosotros, en toda su extensión, la extensión de los seres que se nutren unos a otros.
En el calor de la palabra amigo,
en la vivacidad de la amistad, en el Fuego del Amor, en la pura y cristalina emoción de la Pasión por la Vida, que se desdobla en cada «nosotros» que formamos con el otro, con los otros, con el Todo.
Y que se expande como una ola de purificación, destruyendo los miasmas que infectan el aire y el corazón de los seres desavisados que caminan despreocupadamente, – sin usar los «filtros» que el amor provee – aspirando las alimañas, y dándoles de comer, en lo mas íntimo de su Ser.