Corazones Vacíos
Claves, símbolos, oráculos; los humanos se sienten atraídos de forma inexplicable por ellos; y cuando no los encuentran crean los suyos propios.
Esta clave habla de un corazón abierto y otro cerrado; el abierto habla, tiene una letra o algo similar, encerrada en un cuadrado, que representa la materia, el cuatro, los elementos.
Ese corazón, se abrió, creó alas, para ir lejos, más allá de los elementos, más allá de la materia; esa letra que emerge desde ella, parece ser «Zain», del alfabeto hebraico, significando una meta, algo que se puede lograr en el plano puramente físico; también parece la letra «T», el escudo, la protección, la resistencia, el techo, un lugar para resguardarse.
Es querer volar y al mismo tiempo resistirse a ello; es querer ir pero… estar en casa, o talvez volver a ella; son dos metas, dos objetivos totalmente opuestos, es la dualidad del especto femenino, del corazón femenino.
La meta, el objetivo, está conectada tanto con el acto de volar, como con el otro, el que está cerrado, mudo, vacío, lleno de enigmas, enigmas que tal vez nunca lleguen a ser desvendados.
Si este corazón se sobrepone, se vuelve, se levanta hacia el otro, los dos quedarían cerrados y encerrarían la meta, se quedarían en casa, ninguno de los dos volaría para lejos, hacia el infinito.
-¿ Qué falta en ese corazón vacío?
-El Todo, todos, todo, falta un punto, una referencia, que no está, que se perdió, o que jamás existió.
-¿Existen corazones vacíos?
-No; existen corazones enfermos, que necesitan curarse, aprender, vivir. Son corazones vírgenes, que no experimentan nada, ni siquiera la nada que es la Luz; viven en una permanente soledad oscura, sin puntos ni referencias; son corazones ciegos, sordos, insensibles a todo y a todos, inclusive a sí mismos.
Es como si no existieran, como si el ser físico que los lleva fuera solo mente, como si no tuvieran alma, memoria; no siente, no oye, no habla, porque nunca lo hizo, y así no puede recordar; solo genera un mundo mental sin base ni juicio.
Es estático, al contrario del corazón halado, no nos informa, no nos dice nada, porque no tiene ningún mensaje para dar; no comparte porque no tiene nada para compartir, ni siquiera la soledad oscura en que vive, pues él habita en ella, pero ni siquiera ella hace parte de él.
No tiene necesidades, porque no siente, y así no hay motivo para llenarlo, para colmar el vacío; porque ese vacío se colma a sí mismo; es un no existir en la eternidad, es un eternoNO-SER.
Es no encontrar la Gracia de existir, y peor aún que no encontrar es no desear hacerlo, es no importarse con recibir, porque así no hay nada que dar; es negarse desde las profundidades abismales a evolucionar, a entrar en las cadenas evolutivas que hacen la conexión entre los seres.
Pero ese corazón vacío, está permanentemente bañado por la sangre de los corazones halados, que no levantan su vuelo, para mantener un punto de contacto, aunque sea pequeño, con este vacío que deambula por la Tierra sin saber hacia donde; no levantan su vuelo en la esperanza de que una de esas gotas rojas, riegue el vacío y lo haga florecer.
Y durante un tiempo todo sigue igual, por un tiempo el corazón halado se queda; pero él tiene un destino a cumplir: volar.
Un lejos para ir, un viento en el que deslizar, un soplo que se vuelve tormenta porque se concentra demasiado en un mismo lugar, un aire que sabe que debe impulsar las alas a alzar su vuelo; y si no lo consigue, se irá, y las alas se romperán, y el corazón será despedazado en el vacío, en una caída mortal.
Pero eso los corazones halados lo saben, y conocen el tiempo de quedarse y el tiempo de ir, el tiempo de llegar y el tiempo de partir, porque ya lo hicieron antes y lo recuerdan.
Por eso sangran, pagan de antemano la nada, el vacío que deberán dejar atrás cuando finalmente el viento los lleve a otros lugares, a otros seres, a otros vacíos que rescatar.
A veces, el rescate no es posible, a veces el vacío es demasiado grande, invalidando el intento; a veces ni siquiera un río de sangre sería suficiente para arrastrar los corazones vacíos hacia la Luz.
Porque les falta Deseo, Pasión, Amor, que no reciben y que no entregan, pues en realidad no tienen para dar; es un ciclo de muerte y muerte, sin vida, sin renacimiento.
No llores, no te acongojes por el vacío, porque no lo hará por ti cuando levantes vuelo sin completar el rescate; pues la nada de esos corazones solo conoce a sí misma, solamente identifica a sí misma, se basta a sí misma.
El otro, tú, carece de significado, es solo una molestia, que si se va no tiene importancia, y si se queda… tampoco.
Puede ser que tengas el don de atraer estos corazones, estos vacíos, porque los opuestos se atraen, para completarse, para complementarse, para conocerse, pero jamás para permanecer juntos, porque uno anularía al otro; pueden encontrase, pero nunca cambiar uno al otro.
Solo el Todo puede llenar esos vacíos, esas soledades oscuras, y lo hará en el tiempo exacto; pero ahora ese tiempo aún no llega, ahora solo puedes intentarlo, pero sin olvidar que no eres el Todo, que habitas en Él, haces parte de Él, y él habita en ti, eres una parte de Él, pero no eres Él por entero.
El vacío también tiene un propósito, una razón de existir, creando la paradoja del Ser y el No-ser; de la existencia del no existir, del estar fuera de la Vida, aún gozando de ella.
Y aunque no entiendas el porque, no te preocupes, no preguntes, no hagas, no digas, no pienses; solo deja caer tu escarlata fluido de Vida, y tal vez el Todo decida que el tiempo es ahora.
Un día cuando te cuente sobre la Arenas del Infinito, te hablaré de las rosas, y entenderás que a veces surgen rosas negras en tu pecho, y que ellas representan los vacíos que dejaste atrás, los hijos que no pudiste tener, los seres que no hiciste renacer, los rescates que fueron imposibles.
Imposibles, porque estos no-seres, están en la zona más oscura de la Creación, su propia zona oscura, y aunque te subas a las murallas que construyeron a su alrededor, incitándolos de mil formas diferentes a salir de allí.
No lo hacen porque no desean hacerlo, no lo desean porque no encuentran sentido en eso, porque no encuentran la conexión, pues están completamente solos y abandonados a sí mismos, a su propia nada, a su propio vacío
No esperan nada, solo están allí; si llegas a importunarlos con tus ruegos para que entren a la Vida, bien, si no lo haces, bien, si te quedas más tiempo, bien, y si te vas enseguida, bien; nada tiene importancia para esos vacíos, a no ser permanecer, estar en esa oscuridad que disipa toda empatía, que disuelve todos los lazos, que no sean con su nada y su vacío.
No son corazones solitarios, porque los solitarios caminan, solos pero caminan, en cambio estos corazones vacíos, son estáticos, no se mueven, ni nada los conmueve; no son amargos, ni dulces… no tiene sabor; no sufren ni son felices… no sienten; no son, solamente están.
Yo creo que hay corazones vacíos que solamente algunas personas con una energía positiva, mágica y cristalina pueden acceder a ellos.>>Esos corazones vacíos a través de sus ventanas que son los ojos, saben exactamente el primer instante que la ven, que esa la «persona» que los viene a completar.>Pero como todo en la vida, hay momentos, situaciones y oportunidades para que se den las cosas. Y no hay que desperdiciar ni dejar escapar JAMÁS a ese corazón que nos llena.>Bueno.>Salú.
Mistique,>Tu comentário demuestra que eres un corazón halado, que sabe cuando quedarse y cuando partir.>Besos!
Supongo que es posible que un corazón esté «vacío»,asimismo tal posibilidad contiene la idea que otro esté «lleno»;de modo tal que tiene una cierta importancia este hecho o ninguna,lo que sí «importa» es el aquí y el ahora,la Eternidad que nos rodea y que se encuentra dentro nuestro,y qué hacemos con esa relación…
No me acuerdo en donde leí que peor que el odio o el amor, era la apatía…>>Un abrazo!