Las Ofrendas
No hay trabajo, porque tu tiempo de hacer ofrendas diarias terminó; y en breve no habrá trabajo para nadie.
Los que están estudiando las estrellas, contando historias, sobrevivirán a los duros tiempos que se aproximan; tiempos en que aquellos que aún no comprendieron su razón de ser, padecerán largos períodos de soledad, de los cuales no podrán escapar.
No pienses que no es justo, todo está previsto, de forma que todos puedan estudiar las estrellas, ser contadores de historias; por eso el trabajo terminará, para que todos puedan visitar el Viejo Mar y leer los cristales.
Para que todos se tornen cazadores de rayos de sol, para que todos ganen tiempo viviendo, al contrario de perderlo haciendo ofrendas diarias con su trabajo.
Porque el objetivo no es ese, el objetivo es vivir, la meta es evolucionar, llegar a la frontera final del Ser, que es el verdadero comienzo, es el inicio de la Vida misma.
Un comienzo donde todas las historias de Vida se juntan, en un cauce sagrado, del cual deben beber, para poder continuar el Camino.
Un Camino que existe desde el comienzo, un sendero que las estrellas indican, el único posible, el único plausible, el único que lleva a la verdadera felicidad, a la libertad de hacer lo que gustes, a compartir el tiempo con el otro.
Un Camino que te lleva a la perfección entretejida de las fábulas y las leyendas que son todos ustedes juntos.
Los que no lo están haciendo, todavía lucharán para poder continuar trabajando, para sobrevivir, no para vivir.
Continuarán devorando a otros que cruzan su camino, para no ser devorados; pero el tiempo en el que no exista nada más para devorar, ni en él ni en el otro, se aproxima a pasos largos, y cuando eso ocurra, no restará nada más que dolor.
Un dolor punzante, un dolor de almas, de recuerdos que se duplican, se triplican y se hacen millares, un dolor que enseña que son todos iguales, que no es suficiente devorar al otro o lo que el otro posee, un dolor que trae una lección amarga como la hiel:
la de que tienes que aprender a nutrirte del otro, viviendo las historias con él, para él, y que cuanto más le entregues, más recibirás, la eterna lección de que tienes que dar antes para recibir después.
Sabrás nutrirte y nutrirlo a él, en vez de devorarse mutuamente, como caníbales, criaturas que se comen el alma del otro, se comen sus memorias, sus recuerdos, sus historias.
Estos son los parias de la sociedad, porque viven al margen de ella, ajenos al otro, ajenos a su entorno, solamente con la conciencia del tener, sin importarse con el ser, ni el suyo ni el del otro.
Esta es la verdadera tragedia de la Creación; seres que sucumbieron al materialismo, y se olvidaron de la esencia de las cosas, de los otros.
Esa es la tragedia, la diaria miseria en la cual viven, porque son ricos de cosas, pero no de Vida, porque solamente eres rico cuando compartes todo con el otro, con el que necesita tanto de ti como tú de él.
Pues ninguna cantidad de cosas será suficiente para tornar tu vida plena, a no ser que distribuyas tus Gracias, tus bienes, con los que se arrastran por las calles y los pueblos, hambrientos y desnudos, sintiendo el frío de tu desamor, y el rigor de tus silencios, de tu indiferencia ante su dolor y su desposeer.
Piensas y hablas de un mundo mejor para todos, te dices conciente de que hay una enorme desigualdad, pero no sientes nada, porque acallaste la voz de tu corazón, porque no la escuchas desde hace mucho.
Te disculpas ante ti mismo, pensando, (no sintiendo) que la vida es así, que te forjaste la oportunidad de tener y poseer lo que guardas solo para ti y los que te son más próximos, lo que guardas solamente para aquellos por los cuales eres responsable.
Pero no oyes la voz de tu corazón que te hace padecer de insomnio durante las noches, y que te dice que eres responsable por todos los seres que habitan este planeta.
No escuchas sus palabras de compasión, que quiere hacerte despertar de ese sueño estúpido en el cual te sumergiste, ese corazón que quiere llegar a tu falsa conciencia, y ayudarte a crear una Conciencia de Amor y compañía.
Una compañía totalmente devotada a los otros, a ti mismo, pues solamente a través de ella te salvarás de los tiempos duros que se aproximan, que llegan como fantasmas vivientes, que ya están en las calles, y que pronto golpearán a tu puerta.
Y entrarán y se sentarán contigo en tu mesa, para que les muestres, los estudios que realizaste, las estrellas que contaste, las historias que leíste y que viviste.
Si no cambias tu mente por tu corazón, si no dejas de ser un constructor y te tornas un jardinero, esos fantasmas te quitarán tus bienes, tus posesiones; pues ellos no entienden de esas cosas, ellos solamente saben de Vida, de Amor, y de evolución. Solo escaparán a su labor aquellos que tengan el símbolo de los cazadores y de los aguateros en su frente, aquellos que tomaron su alforja y salieron a cazar los rayos de sol, de forma que puedan leer las historias.
Solo escaparán de su labor los que me envían (al Centauro) sus granos de arena, fundidos con otros granos, de otros seres, a los cuales dieron su vida y su amor.
Si no lo haces, continuarás siendo uno de los parias de la sociedad en la cual vives, y no estarás honrando ese Nombre: sociedad.
No existen desigualdades en una sociedad, en ella todos ganan, todos estudian, aprenden y dividen las Gracias de su convivir, vivir juntos, tú y el otro, su hijo y el tuyo, tu madre y la suya, como amigos, como hermanos, en una gran fraternidad de Seres, no de haberes, no de deudas y pagos, pero sí de dar y recibir.
Cuida tus palabras, no permitas que salga de tu boca aquello que no ejemplifica su razón de ser, no digas sociedad, cuando ni siquiera sabes lo que es eso.
Primero estudia, y luego entenderás el significado intrínseco de cada sonido, de cada palabra que tan bien usas, pero que no le da sentido a tu existencia, porque no tiene el significado propio del corazón.
No seas como los políticos, que viven apasionadamente la ciencia, pero que no conocen nada ni a nadie.
No seas como los religiosos, que no encontraron la conexión, la relación con los seres, de los seres con ellos, de ellos con el Todo.
Ni tampoco seas como las fraternidades, que no son más que sectas, que buscan de forma escondida la manera de aprovecharse de los demás, los otros, que para ellos no significan nada, a no ser un medio de alcanzar algo que desean.
Más bien debes ser como tú mismo, único e incomparable, incomparable en la grandiosidad del corazón que tienes, pero que no escuchas.
Más bien debes ser como el aire que respiras, debes ser como el viento, como el soplo, que a todos alimenta, que a todos llega, sin pedir nada, regalándote la Vida, a cada respiración tuya, sin que sea necesario que se la pidas.
Debes ser como el aire, y darle vida a las historias de los otros, de cualquiera que esté a tu alcance, de cualquiera que esté por donde pasas, por donde vives, por donde caminas, más bien… debes ser un Abel.
Has sido un Caín, que mata y destruye a todos los «Abeles» que encuentra en su camino; y no te conmueve el hecho de que a cada día que pasa, aumenta el número de hurgadores de basura en las calles.
No te importa que mientras vas de paseo en un auto nuevo, camino a un restaurante a cenar con tus amigos, dos seres, caen en la calle a hurgar en los tachos de desperdicio, talvez de ese mismo restaurante al que te diriges.
«Yo hice mi ofrenda de trabajo diario, durante mucho tiempo, para poder hacer este paseo», Me dirás; pero lo que no percibes, es que en esa falsa conjunción en la que vives, cada vez son más los hurgadores y menos los que van de paseo.
Lo que no percibes es que antes de que la noche termine, antes de que el sol se levante nuevamente, serás uno más de esos hurgadores, pues como dador de Vida que eres, y al no cumplir con tu parte en el esquema de las cosas, la Vida se encargará de aplanar esa conjuntura social, y hacer de ella una verdadera sociedad.
Y esa es la sociedad que estás construyendo, un futuro lleno de hurgadores, producto de los parias actuales, de aquellos que no se importan con el Ser, solo con el tener.
By El Centauro
No estoy seguro si esto es un poema, cuento, consejo, mensaje o algo. Mi confución solo es superada por mi admiración, esto es algo muy bueno, pero un poco largo a decir verdad