Dejaré…
Dejaré que las semillas hablen de Mi jardín,
y extenderé escaleras de tréboles
para que todos tengan la misma ventaja,
para que todos sean honestos en el arar y en el carpir.
Dejaré que las semillas hablen de Mi jardín,
Para que siempre sea primavera,
Para que nadie se quede sin saber lo que es una flor,
para que nadie se quede sin su olor.
Dejaré que las semillas hablen de los surcos en la tierra árida,
Donde no crecen ni siquiera los malos pensamientos,
Porque esos lugares no son para ser contemplados,
Pero si escuchados.
Dejaré que las semillas hablen de los Nombres
Que crecen sin que sean vistos,
Esos que se tornan, crecen y se hacen Rosa,
Margarita, Azucena…
Dejaré que las semillas hablen de los Claveles Gitanos,
Que nos envuelven con sus plegarias
De días y soles mejores.
Dejaré que las semillas hablen de los valientes,
Que luchan por su Vida y la nuestra,
Venciendo a cada día la batalla
Contra la desdicha.
Dejaré que las semillas hablen del tiempo
en que estuvieron adormecidas
en las profundidades abismales
de cada uno de nuestros deseos encubiertos,
creciendo y germinando,
hasta que les dimos alas, y pudieron
alzar su vuelo, hacia nuevos y perfectos jardines.
Dejaré que las semillas hablen de Mi jardín,
En el que duermo y despierto
La gracia de su existir.
Dejaré que las semillas hablen
del canto de los pájaros,
del trinar de los Ríos de Vida,
que lo riegan, y lo tornan fértil de ideas,
personas y sabores de grandes amores.
Dejaré que las semillas hablen,
Aunque más no sea
Para contarte de Mi jardín,
E invitarte a que lo visites,
Pues si quieres compartirlo,
Seremos dos, a dejar…
Que hablen las semillas!