Los Trece Guerreros
La Octava etapa, es la del Guerrero del Amor en el Encuentro Real, es transcendental en si misma, pues no deja de sorprendernos el hecho de que alguien pueda transmitirnos la seguridad de que somos amados.
El Mistério de esta etapa es la constatación que nos trae la paz de una relación adulta, que sabe, que entiende, que confía plenamente en la palabra del otro.
Las dudas no existen en esta etapa, que conforta el alma, y nos llena de tranquilidad; no existe la ansiedad, pues la relación comienza directamente en el Amor, sin haber pasado antes por la fase de la pasión por el otro, con todo el negativismo que conlleva.
La llave de esta etapa está en vivir la relación de forma muy intensa, pues ella transporta a los involucrados más allá de las fronteras sociales, derrumbando por tierra con todas las convenciones pre-establecidas.
Este encuentro es real y concreto en la dimensión del plano físico, del emocional y del mental.
El legado de esta iniciación, es que nos libera de todas las ataduras que hubiéramos creado antes, conduciendo-nos por un camino emocional verdadero y saludable.
No se vive en esta etapa ni las peleas, ni los desencuentros, ni nada negativo, pues sentimos en las profundidades de nuestro ser, que estamos unidos al otro, y que el otro esta unido a nosotros por un acto de voluntad pura, que no admite ningún tipo de negativismo.
Pero es una etapa, y como tal debe ser dejada atrás, por los motivos que sean, pues tenemos que continuar en la «Senda del Amor», hasta llegar a nuestro objetivo primordial: el encuentro con nuestra «otra parte».