¿Quieres compartir Mi energía en el otro?
Puede ser de la forma como te sientas mejor, Yo en el otro, Yo en ti, o tú en Nosotros, como quieras.
Porque soy Amor, y Mi Luz se desborda en inmensas arenas, donde el espectáculo de la Vida tiene que continuar, a pesar de ti,
aunque no encuentres el camino de vuelta, el que te lleva de nuevo al hogar primordial; aquel que un día abandonaste, cargando tus
pobres alas heridas.
Y sigues arrastrándote, caminando, por siglos y siglos, sin poder detener tu andar, sin poder descansar tus tristes huesos,
formados por el barro de Mi jardín, por el agua de Mis manantiales.
No quisiste quedarte allá, preferiste buscar nuevos y lejanos horizontes, pensando, creyendo que serian mejores y más ricos que
todo lo que tenía para darte.
Te ofrecí la Vida, pero saliste en busca de la muerte, de la separación, y en ese tu caminar arrastraste
a otros, que ignorantes de tu desasosiego te siguieron a su ruina y a su destrucción.
Quisiste ser como un dios, creando seres del polvo, pero que nunca llegarán a ser nada más que ídolos de barro.
¡ Que ironía… tú que eres un ser completo, un ser que contiene la Vida misma, adorando cosas inanimadas, venerando tu propia creación sin alma y sin vida!
No sabes aún que no tienes que venerar nada ni a nadie, solo tienes que amar, el resto, lo demás… te será acrecentado.
¿Qué harás contigo?
No Me permites acercarme, no Me permites compartir el Universo contigo, no aceptas abrirte para recibir Mis regalos, pues creíste tanto en tus ídolos sacados del fango de la separación,
que ya olvidaste que fuiste tú mismo el creador de
tanta amargura, de tanta soledad, y tanta desdicha, dudando de Mi existencia.
Existencia que niegas en un vano intento, de justificar de alguna
forma, el hecho de que tus creaciones, no tornen tu vida plena de cosas adquiridas.